Toscana surge como inquietud hostelera para ofrecer productos de alta calidad al alcance de todos. La gran mayoría de sus alimentos están inspirados en la dieta mediterránea, utilizando siempre ingredientes naturales como el trigo, la harina, el aceite de oliva o las mejores verduras que forman parte esencial en su cocina.

En Toscana ponen todo su esfuerzo y cariño en ofrecer un servicio de calidad para que sus clientes se sientan como en casa desde primera hora de la mañana.

A la hora de desarrollar el naming para este proyecto tuvimos muy claro que para trasmitir los valores que hay detrás de la marca, teníamos que utilizar un nombre que comunicara de forma directa. Por ello, seleccionamos el nombre de una de las regiones más carismáticas en cuanto a gastronomía mediterránea se refiere, Toscana.

Para el branding de la marca buscamos simplificar la gastronomía mediterránea en una serie de elementos gráficos. Mediante la creación del isotipo inspirado en una espiga de trigo, comenzamos a desarrollar toda la imagen corporativa.

La paleta cromática parte de un amarillo intenso que hace referencia al sol que baña los campos de cereal, tan característicos del Mediterráneo. Como color secundario y de base, escogimos el negro ya que nos aporta contraste cromático con el amarillo, elegancia y sobriedad en la marca.

Todas las piezas tanto físicas como digitales están diseñadas manteniendo una importante estructura corporativa. Esto se puede apreciar en cuanto entras al local, ya que todo está pensado para comunicar de manera directa los valores de marca. Desde las tazas de Toscana, a los papeles de envolver o packagings de take away se aprecia perfectamente que pertenecen a la marca Toscana.

Mediante la utilización de una identidad adecuada y visualmente fuerte, acompañado de productos artesanos de la máxima calidad, conseguimos generar un posicionamiento dentro del sector hostelero gourmet.